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El jueves 11 de septiembre, la UCATECI, en colaboración con el Ministerio de Salud Pública, la Gobernación Provincial de La Vega, la Alcaldía Municipal y el Instituto Técnico de Estudios Superiores en Medio Ambiente y Recursos Naturales (ITESMARENA), organizó el panel “El ruido: contaminación, salud y cultura”. El evento, que tuvo lugar en el Salón Juan Pablo II de nuestra academia, reunió a expertos, estudiantes, autoridades civiles, militares y académicas, interesados en las consecuencias de la contaminación acústica. 

La jornada inició con la invocación al Señor y las palabras de bienvenida del Rvdo. P. Dr. Francisco Antonio Jiménez Rosario, vicerrector ejecutivo de la UCATECI, quien destacó el compromiso de la universidad con los temas de preocupación social y la importancia de que estos diálogos conduzcan a acciones concretas. 

En el panel, que se desarrolló bajo la moderación del Dr. Lissandro Reyes, los expertos aportaron sus conocimientos desde diversas perspectivas sobre el impacto del ruido en la salud, el medio ambiente y el desarrollo cultural de la comunidad. El Mag. Sergio Terrero, antropólogo social, señaló que el ruido es un hecho cultural, no solo físico, y que su percepción está condicionada por las costumbres sociales. Explicó que la exposición constante al ruido afecta la salud mental y física, así como la convivencia, por lo que se convierte en un problema de salud pública, y destacó cómo la normalización de ruido invisibiliza sus efectos negativos. Finalmente, exhortó a las autoridades y a las academias a realizar estudios basados en evidencia para equilibrar la riqueza cultural con el derecho a un ambiente sonoro saludable. 

A continuación, el Dr. José Vásquez, rector del ITESMARENA, abordó el ruido desde un enfoque ecológico y citó datos de la Unión Europea que lo vinculan con 48 millones de personas afectadas por problemas cardiovasculares y de conducta, y con más de 12,500 muertes prematuras al año. Señaló que la contaminación acústica tiene un grave impacto en la fauna, especialmente en las aves y los cetáceos. Entre las soluciones que propuso se encuentran una planificación urbana adecuada, la creación de espacios de esparcimiento, el uso de pavimentos antirruido y materiales aislantes. Recordó que, durante la pandemia la reducción del ruido permitió que la naturaleza “respirara”. 

Posteriormente, el Dr. Telésforo González, especialista en psicología social, advirtió que la contaminación sonora representa una seria amenaza para la salud mental y la cohesión social, ya que genera estrés y conflictos en la vida cotidiana. Invitó a la audiencia a replantearse su relación con el sonido y señaló que un diálogo abierto y la revisión de las costumbres sonoras podrían contribuir a una mejor calidad de vida.  Tanto Vásquez como González coincidieron en que a pesar de la existencia de leyes como la 64-00, el problema del ruido persiste debido a la falta de una aplicación rigurosa y a la normalización cultural de ciertos sonidos. 

La Dra. Idania Martínez, directora del Centro Geriátrico Corazones Amigos, explicó los efectos fisiológicos del ruido en el organismo, y cómo la exposición continuada a altos decibelios daña de forma irreversible las células ciliadas del oído interno. Coincidió con los demás panelistas en que el ruido refleja un problema psicológico y exhortó a acudir al otorrinolaringólogo ante cualquier síntoma auditivo. 

En el evento se destacó la importancia de crear conciencia y adoptar medidas conjuntas para hacer frente a este desafío medioambiental y de salud pública en la región. Se llegó a la conclusión de que el ruido es un problema multifactorial que requiere una respuesta coordinada, investigada y ejecutada de la sociedad en su conjunto, y no solo de las autoridades. 

Entre las personalidades presentes en el evento se encontraban Amparo Custodio, alcaldesa del municipio de La Vega; el Gral. Juan Pablo Ferreira, director regional de la Policía Nacional, y Daniel Polanco, director nacional de Comunidad Segura, entre otras distinguidas figuras. 

 

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